El verano pasado, nos presentaron a Tequila Komos, la curiosa marca de tequila inspirada en el Mediterráneo, cuya línea de productos incluye varias expresiones, pero no la más obvia, una oferta de tequila blanco. Así que cuando la marca anunció una nueva adición a su línea este año, nos sorprendió un poco descubrir que se trataba de un segundo añejo que se sumaba al portafolio. Dado el enfoque de la marca en su programa único de barricas, supongo que nunca veremos un Komos sin añejamiento. Este nuevo Añejo Reserva es la expresión más marcada por las barricas hasta el momento, con una maduración mínima de 12 meses en una combinación de barricas de roble francés, bourbon y jerez. Eso supone un gran cambio con respecto al añejo original de la línea, un cristalino envejecido exclusivamente en roble francés. Veamos cómo es.
Normalmente, los añejos clásicos envejecidos en barricas de bourbon ofrecen notas intensas de vainilla oscura, pero este tequila cambia el guion con notas superiores de chocolate en polvo, café de tueste ligero y virutas de chocolate. La vainilla está presente, pero es ligera y cremosa, casi como un glaseado o una crema de repostería. Un toque de cítricos dulces y jarabe de agave añade un encantador brillo terroso.
Al igual que la oferta de cristalino, este añejo es suave y elegante en el paladar, con una presencia de agave casi imperceptible. Notas iniciales de especias suaves de pastel, almendras azucaradas y toffee cubierto de chocolate dan paso a un cremoso pastel de durazno, miel oscura y un toque suave de pimienta. El final es largo, con un cálido abrazo y notas etéreas de macarons y peras enlatadas. Es un tequila etéreo y diferente a cualquier otro añejo que haya probado. Sin embargo, todavía no me recuerda en absoluto al Mediterráneo.